Por mucho que les moleste a algunos que quieren ser protagonistas absolutos en lugar de los jugadores, y quieran ganar a base de palabras (mentiras) y no de fútbol, no voy a seguirles el juego. Voy a hablar de fútbol, del Barça y del gran partido que realizó ayer y que demostró, por si había alguna duda, cual es con diferencia el mejor equipo de España -no voy a decir de Europa porque ahí está otro gran equipo como es el Manchester United, un rival peligrosísimo si pasamos a la final, y que sorprendentemente está pasando desapercibido-.

En primer lugar, me sorprendió gratamente el partido realizado por Keita. Al final, la baja de Iniesta fue más positiva que negativa, viendo como transcurrió el partido. Incluso he llegado a pensar que lo de la lesión no era más que una treta para que no creara excesiva polémica una ausencia por decisión técnica, de un peso pesado del nivel del de Fuentealbilla. En un partido tan de ajedrez como este, era más decisiva la torre que la reina. Hacía falta un poco de la verticalidad, el gran sentido táctico y la intensidad del de Malí. Su presión arriba, su valentía y sus faltas tácticas fueron claves para parar el juego del Madrid, sobretodo en la primera mitad.

Quiero destacar también el partido de Villa. De nuevo no marcó, pero su sacrificio fue importantísimo para el equipo. En la primera mitad empujó al equipo hacia arriba, buscando sorprender siempre desde su especialidad, que es el disparo desde la frontal. Desde la banda fue el jugador con más desborde. Me encanta que se haya reciclado ante su escaso acierto, convirtiéndose en un jugador tan o más útil fuera del área que dentro de ella. No puedo dejarme tampoco a Xavi, conduciendo el balón con maestría, empujando al equipo hacia arriba y marcando el ritmo lento que le convenía al Barça. Mascherano a su vez se empeñó en callarme la boca y dio un recital de colocación y sentido táctico; si vuelve a hacer otro partido como éste, voy a tener que rendirme ante este nuevo "central" que ha dado al mundo las circunstancias del fútbol, que saliendo por sorpesa se está convirtiendo en el "sweeper" de moda.

Messi merece punto y aparte. Ni siquiera necesita hacer un gran partido para ser el protagonista. Le vale con veinte minutos y dos ocasiones para marcar, para convertirse en el héroe. Estos son los auténticos cracks, los que resuelven los partidos no sólo de forma brillante, sino también de forma oscura. Me ofenden las comparaciones entre el astro argentino y la imitación barata -es un decir, son 96 millones- encarnada en el portugués que juega en el Real Madrid. Cuando Ronaldo decida los partidos importantes con el tino con que lo hace Messi, y no necesite disparar treinta veces para marcar dos goles, y sepa que hacer con el balón cuando no tiene espacio o ángulo para el disparo, entonces podremos hablar y comparar. Mientras tanto, esta odiosa comparación lo único que consigue es dejar en muy mal lugar a Cristiano.

Y finalmente, Guardiola. La lección táctica que ha dado en este 0-2 en el Bernabeu es para enmarcar. Perfecto contrarrestando el dispositivo anti-messi y anti-fútbol del Madrid, con un juego paciente, dosificando a la perfección los tiempos de la eliminatoria. Se anticipó a todas las decisiones de su rival y acertó de pleno en los cambios, como el de Afellay por un agotado y lastimado Pedrito. El protagonista esta vez ha sido Pep y el Barça, le pese a quien le pese, y nadie, con un micrófono en la mano, o mediante maquiavélicas maniobras de despacho, va a cambiar la realidad: el Barça tiene un pie en la final, jugando al fútbol, demostrando quien es el mejor, y de una forma intachable. El resto, no merece la más mínima atención.

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Wolfgang Stark será nuestro árbitro en las semifinales en el Bernabeu. Buen árbitro para nosotros, ya que no es de los que permiten el juego duro -sólo hay que recordar que nos dejó con nueve ante el Celtic en el 2004-, y no duda en mostrar tarjetas siempre que puede. Es de los escasos árbitros amigos del "Fair Play" que tanto gusta a la FIFA y a la UEFA y que tan poco gusta a muchos entrenadores y jugadores; por eso está considerado por muchos de ellos como uno de los peores árbitros de la Bundesliga. No suelen gustar los árbitros, como Stark, que cortan el juego, ya que lo habitual es que haya treinta faltas en un partido y se silben diez; o que haya tres penas máximas, y con suerte se silbe una. Es lo más fácil para un árbitro: menos polémicas, menos broncas con los jugadores, menos portadas para periódicos tendenciosos, menos fútbol también, pero eso para muchos es algo segundario.

Mourinho hubiera querido de nuevo a un paisano amigo. Es lo que habría sucedido seguramente, si Guardiola hubiera seguido con su horchata de siempre. Pero esta vez demostró que es un ser humano, que tiene sangre, y que para defender al Barça hay que levantar la voz de vez en cuando. Ya han sido bastantes los atropellos, las puñaladas traperas, las maniobras oscuras de despacho de un rival como el Real Madrid que día tras día demuestra que la dignidad no importa, ni los escrúpulos, si sirve para obtener la victoria. De nada sirve poner la otra mejilla si las injusticias y cacidadas se suceden y no hay un juez imparcial que ponga freno al asunto.

De momento las palabras de Pep hay servido ya para algo: árbitro alemán y "bueno". Después veremos si se cumplen las previsiones, ya que su actuación es tan imprevisible como el choque de colosos que vamos a presenciar mañana. Pero la primera batalla está ganada. Y no sólo está ganada, sino que hemos curado las heridas de la sangrienta batalla anterior: muy pocos van a perder el tiempo con derrotismos sin fundamento, ya no se hablará de la defensa, ni del planteamiento de Pep en la final de copa, ni de la presunta baja de Iniesta (que yo no pienso creerme hasta que la vea), ni de cualquiera que sea el jugador que para unos u otros no haya estado al cien por cien. Sólo se hablará de Guardiola, de lo maleducado que es, de lo nervioso que está... Pep... Pep... ¿No era esta la genial estrategia de Mourinho?

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Porteros: Víctor Valdés y Pinto.
Defensas: Alves, Piqué, Puyol, Milito, Fontàs y Montoya.
Centrocampistas: Mascherano, Sergio Busquets, Xavi, Iniesta, Keita, Thiago y Sergi Roberto.
Delanteros: Villa, Messi, Pedro, Afellay y Jeffren.


Esta es la convocatoria para el partido de ida en el Santiago Bernabéu. Llama la atención no sólo los jóvenes que ya eran presentes desde hace ya varias semanas, sino un nuevo nombre en la convocatoria, Sergi Roberto.


Es un centrocampista de tan sólo diecinueve años que destaca por ser uno más de los que juega en esa posición en la que no han cesado desde hace ya mucho, talentos innumerables. Tiene una gran soltura con la pelota para alguien de su edad, su manejo al igual que su control son muy buenos. Excelente técnica que le sirve para superar líneas defensivas y crear ventaja numérica en el juego del equipo. Fuerte físicamente, a pesar de su joven edad.
Llama la atención su facilidad a la hora de llegar por sorpresa desde la segunda línea y rematar jugadas que muchísimas veces acaban en gol. Además tiene una muy buena definición y remate de cabeza.
Su estilo, por hacer algún tipo de semejanza, es parecido al de Cesc. No es un especialista en el manejo de los ''tempos del partido'' como era Guardiola o en la actualidad es Xavi, pero igualmente imprescindible en el juego del Barça, al carecer ahora de centrocampistas de sus características.








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Fontás sigue sin jugar. El partido contra el Osasuna era el escenario perfecto para ver muchas de las cualidades que atesora el de Banyoles en el centro de la defensa. Sin embargo, en una decisión para mí del todo inexplicable, Pep aportó por una dupla Mascherano-Milito, que con la lesión de este último pasó a convertirse en una defensa de centrocampistas: Mascherano y Busquets.

La cara de incomprensión y de desencanto de Fontás en el banquillo era un perfecto retrato del sentimiento del jugador del filial en estos momentos. No creo que sea muy positivo psicológicamente para un jugador de 21 años que está a las puertas de ver cumplido el mayor sueño de cualquier futbolista catalán y del mundo, el subirlo al primer equipo para luego tenerlo relegado al completo ostracismo, mientras sus ex-compañeros siguen cogiendo experiencia en el filial.

¿Para qué lo subió Pep? hay quien dice que no juega porque está verde. Si está verde, ¿por qué estaba él en la lista de convocados? si vas a poner a un jugador en la lista para que después juegue cualquiera salvo él, no lo pongas. Será un partido más que coja experiencia en el B, y un aliciente más para que el jugador siga progresando. Darle esta confianza a medias puede hacer que a Fontás se le pase por la cabeza si vale la pena seguir esperando una oportunidad o pedir una ficha del primer equipo. Quizá prefiera una cesión o un traspaso antes que ser un Bojan o un Jeffren.

Guardiola no cuenta lo suficiente con su cantera. Contó y bastante en su primer año, cuando supo darle una oportunidad a gente como Pedro o Busquets, o subir a ciegas a Jeffren. Pero ese Pep no es otro distinto al actual. No es Pep quien ha cambiado, sino la cantera: el de Santpedor ya conocía a esos jugadores porque los tuvo a sus órdenes en el B, y sabía perfectamente lo que podrían dar de sí en el primer equipo. Sin embargo, este filial es el de Luis Enrique, con jugadores nuevos que en su mayoría él no entrenó. Es el problema de Pep: sabe juzgar excelentemente las cualidades de los jugadores que entrena, pero sufre de grave miopía cuando se trata de juzgar a jugadores que no están a sus órdenes. La prueba está en su nefasta política de fichajes y traspasos desde que llegó, y en el pavor patológico que sufre ante cualquier elemento extraño dentro de ese oscuro y cerrado vestuario que es el primer equipo del Barça.

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Mascherano: dio una lección una vez más de como robar balones imposibles. No obstante sigue sin convencerme, pues una vez más nos encontramos con el mismo problema: es tener un perro de presa en la defensa. Su juego anárquico, apto para un centrocampista de sus características, descoloca todo el sistema defensivo. No nos dejemos engañar por lo vistoso de su tackling, Mascherano es una solución de emergencia por ahora decente, pero no hemos descubierto un central para el Barça.

Villa: todo un acierto ponerlo para este partido. Era importante que el guaje cogiera confianza y su gol y su actuación en general debería bastar para viajar tranquilo al Bernabeu. 11 partidos sin marcar era una losa demasiado pesada. Dejando a un lado el gol, parece que se siente más a gusto sin un Messi al lado al que le tenga que abrir espacios. Son dos jugadores que siempre tienen la portería entre ceja y ceja, atacan siempre de cara, no tienen miedo a encarar y es complicado que brillen ambos a la vez.

Milito: lo de la defensa merece una entrada aparte, que prefiero dejar para el largo domingo. Es inconcebible que en un partido como éste, con un rival que, con todos mis respetos por si algún rojillo me lee, es ofensivamente mediocre, Fontàs no tenga nuevamente ni un solo minuto. Estoy convencido de que, por poco que hiciera, mejoraría las prestaciones del argentino. Yo admiraba al Milito que llegó del Zaragoza y se convirtió en lo poco salvable de la última temporada de Rijkaard, convirtiéndose en el mejor central del equipo. Pero su grave lesión ha significado su muerte futbolística, salvo que un milagro lo remedie. Me gustaría saber lo que pasaría por la cabeza de Pep para que decidiera que Fontàs debía subir al primer equipo, porque me resulta imposible, tras mucho pensar, encontrar otra explicación que no sea la de que hacía falta alguien para llevarles la botellita del Solán de Cabras.

Guardiola: las guardioladas del míster no conocen límites. En este partido hemos asistido a una nueva disposición táctica que no sabría si llamarla "el corrál de la Pacheca", o "o mediocentros o nada". Con siete centrocampistas en el campo y un sólo central nato, y con 10 jugadores tras la lesión de Maxwell -pues ya se habían hecho los tres cambios- durante 25 minutos se puede decir que el Barça jugaba con dos líneas de centrocampistas y ninguna de centrales. Menos mal que Messi puso las cosas en su sitio, nada más salir Pandiani -con algún kilito de más, por cierto- con su rifle preparado para aprovechar tal desbarajuste. Lo mejor de Pep, su apuesta por Villa y haber pensado en el Bernabeu sin dejarse llevar por el canguelo endémico del culé. El resto, mejor borrarlo de la retina y pensar ya en el partido del Miércoles.

Osasuna: Hay que felicitarles. Vinieron al Camp Nou a jugar y no a pelear, lo que les honra. Se nota que es Mendilíbar -buen amigo de Guardiola, por cierto- y no el rancio estilo de Camacho quien se sienta actualmente en el banquillo. Su presión arriba supuso un gran problema para la circulación de balón culé, con o sin Xavi e Iniesta. El de Zaldívar le ganó claramente la partida táctica al Pep Team.

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Por mucho que ahora digan la estupidez, para arengar aún más los ánimos madridistas, de que el Real Madrid ha roto la hegemonía del Barça (¿Qué hegemonía ostentará un equipo que sólo ganó la liga?), perder la final de Copa del Rey no nos debe confundir ni hacer creer que el Madrid está mejor que el Barça, sino todo lo contrario. A 90 minutos y en dos partidos, este "equipazo" sólo nos ha podido hacer un gol y fue por un penalty que realmente no existió. Incluso con Mascherano como central (que como siempre estuvo muy bueno en el corte, pero el pobre no se entera todavía de como dejar en fuera de juego al delantero rival) y con Pinto como portero (estoy seguro de que si hubiéramos cambiado los porteros de los dos equipos habríamos ganado nosotros).

Cierto es que nosotros tampoco les hemos podido marcar un gol. Pero tenemos el precedente de la primera vuelta y de ser de largo el máximo goleador de la liga. Ni Messi, ni Pedro, ni Villa están con la frescura que uno espera de ellos, pero el resurgir puede ocurrir en cualquier momento. No es el caso del Madrid, que depende casi en su totalidad del acierto de Cristiano Ronaldo, que contra el Barça suele esconderse.

Pero lo mejor de todo es el aspecto anímico que nos otorga esta derrota. Es el mejor aviso que nos podrían dar para afrontar los dos encuentros de Champions con la tensión al máximo. El equipo ya conoce lo que puede dar de sí el Madrid de Mou, saldrá con ánimos de venganza tras las lamentables y antideportivas actuaciones de Pepe, Arbeloa y Sergio Ramos, y por fin nos sacaremos de encima esta pesada losa que es ser los favoritos en competición europea. Ahora sólo falta que Pep baje también de su nube tras perder la Copa ante el máximo rival, y se dé cuenta de los riesgos que se corren afrontando una temporada entera tan larga e intensa con sólo 15 jugadores de nivel Barça.

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Con el 5-1 ante el Shaktar Donetsk nadie recordará ya los problemas que tuvo el Barça en la primera parte, tanto con el 0-0 como con el 1-0, e incluso con el 3-1 en la segunda parte que a más de uno le hizo recordar el partido de ida ante el Arsenal, al ver que en cualquier momento el Shaktar podía terminar con un resultado peligroso para la vuelta. Ese es uno de esos resultados que a la larga pueden hacer daño, porque la alegría por el resultado y el más que probable pase a semifinales eclipsa todo lo demás, incluída la fragilidad de una defensa que quedó en evidencia en varias ocasiones, sufriendo más de lo necesario ante un equipo que no atacaba con más de tres hombres.

Por lo dicho por Guardiola, parece ser que se dio cuenta del problema defensivo que sufre el equipo. Lo malo es que se ha dado cuenta demasiado tarde del problema. No se dio cuenta cuando, en el mes de Agosto, el Real Madrid fichaba por tan solo 8 millones de euros a uno de los mejores centrales del mundo, nada menos que a Ricardo Carvalho, mientras Pep repetía incesantemente, al parecer, "o Cesc o nada", y veía el mercado y los días pasar sin ordenar movimiento alguno. En diciembre, más de lo mismo; Puyol ya estaba por entonces con la tendinopatís misteriosa,pero el central continuaba sin ser necesario. Bastaba con un lateral reconvertido como Abidal, con un Piqué en peor forma que años anteriores y con un Milito en el que nunca ha confiado, confía ni confiará.

Podemos mirar la plantilla que queramos, no encontraremos un solo equipo medianamente grande en el mundo que empiece la temporada con sólo tres centrales. Cualquiera sabe que esa posición es la más propensa a bajas, ya que a las lesiones hay que sumarle abundantes sanciones ya que son los jugadores que más tarjetas reciben. También son los jugadores que más dependen de su estado físico para rendir, después de los laterales, por lo que si juegan al 99% eso puede suponer en muchas ocasiones no llegar a tiempo al corte. Pues bien, ahora tenemos que encomendarnos a la rodilla de Puyol y adaptar con prisas el juego de Busquets, y quien sabe si Mascherano, a la posición de defensa central. Ya que además ha caído otro mito, el de que Guardiola cuenta con la cantera. De los jugadores que el de Santpedor ha hecho debutar, sólo Busquets se ha hecho con un protagonismo más o menos asiduo dentro del equipo. Ahora era el momento para Fontás, no para que se hiciera con un puesto en el equipo en los encuentros importantes que se avecinan, pero sí para que coja experiencia por si se hace indispensable contar con él. Sin embargo, no ha aprovechado los partidos "fáciles" para darle rodaje.

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A saber lo que estaríamos diciendo si Puyol se llamara 'Puyolinho' y fuera brasileño. Seguramente, ante esta misteriosa lesión que sufre el segundo capitán, llevaríamos ya tiempo con la mosca tras la oreja. Lo que aseguran que sufre Puyol no es ninguna novedad que no hayamos visto ya en jugadores como Kaka o Ronaldinho. Las especulaciones con el Gaucho, por cierto, fueron sangrantes. Mientras desde el club se aseguraba semana tras semana que sólo sufría unas molestias, el jugador no salía de su casa salvo para ir a aparentar que entrenaba y la estanqueidad era total.

Ahora estamos ante el mismo caso. Puyol se recluye en su Twitter, donde sólo conoce palabras para sus amigos Piqué y Cesc, un trío calavera que forma un círculo cerrado donde sus admiradores y aficionados no tienen cabida, ni siquiera cuando se trata de algo de vital importancia como es el estado físico de un defensa clave del equipo. Mientras tanto, en el club se contradicen. Los servicios médicos nos aseguran que volverá al equipo en '9 días', y al día siguiente aparece Guardiola y nos dice que 'está bien' y que 'no está bien', que 'volverá pronto' y que 'quizá no llegue a punto para el final de temporada'. Contradicción tras contradicción.

¿Qué esconden? ¿Por qué tanto hermetismo? si no hay plazo estimado para la recuperación de una tendinopatía, ¿Por qué entonces se aventuran a dar plazos? ¿Por qué Puyol no comparece ante la prensa ni ante los aficionados?. Pero no pasa nada. Nadie duda de él porque es 'de la casa' y porque es un jugador de corte muy luchador. Y por supuesto que es luchador, pero es algo lógico y normal en un marcador, que si en algo debe destacar es en la concentración y en la recuperación de balón. En cambio, un mediapunta no debe llevar el peso defensivo, lo habitual es que centre sus fuerzas en lo que sabe hacer y en lo que se amolda a sus características: el gol y la asistencia perfecta. El ser más o menos 'luchador' en el terreno de juego no convierte al jugador en más o menos profesional.

Puestos a aventurar, si algo tienen en común Ronaldinho, Kaka y Puyol, es en una vida privada un tanto peculiar. Kaka se debe a una religión que ve mal no descansar en domingo, Ronaldinho es amante de la vida ociosa, y Puyol no es ni una cosa ni otra, pero sí alguien que ha sufrido desequilibrios emocionales últimamente. Puedo estar equivodado, pero ¿Por qué debería pensar bien de Puyol y no de otros jugadores? ¿Acaso álguien le conoce personalmente para poner la mano en el fuego por él y aseverar que su vida personal no tiene nada que ver con sus ausencias sobre el césped?.

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Grande el que fue el sábado el capitán del equipo. Actuó como tal, y si Gerard Piquè nos dió los tres puntos, él los salvó. Además de sus destacadas actuaciones en el uno contra uno; en el que yo ahora mismo lo veo de lo mejorcito en el panorama futbolístico mundial; está actuando como un ''tercer central'' con las perfectas salidas de anticipación que está realizando.




Amo y señor del centro del campo. Ha ido aprovechando lo que al principio sólo eran minutos, para ir conveciendo poco a poco al mister y convertirse en uno de los pilares del mediocentro. Dio el equilibrio óptimo y ayudó incansablemente en las tareas siempre sacrificadas defensivas. Tuvo otra vez tres pulmones y muchas, muchísimas agallas. Imperial. Ni se notó su cojera.

Como la famosa ilusión óptica de la escalera de escalones interminables. Ya basta con un alarido espontáneo salido de la blanca alma de Kiko y con una captura en su debido instante y con el ángulo preciso para que toda la España escocida e impotente por los éxitos del Barça convierta un control con el pecho en unas manos como una casa. Ya ni siquiera hace falta que Alfredo Relaño eche mano del Photoshop y gaste su tiempo en borrar jugadores del campo, o que Cadena COPE ejerza de fiel lacayo y escudero de los cobardes representantes del club madridista que a escondidas pretenden manchar la buena lid de las victorias culés. Ahora la nueva estrategia para reafirmarse en el cansino pretexto del villarato es echar mano del mentalismo e ilusionismo. O eso, o es que las burbujas del cava y champán que ha corrido por los salones de toda España para celebrar la anunciada marcha de Zapatero para dar paso en el gobierno al siguiente incapaz, nos ha jugado a todos una mala pasada.

Me provocan indiferencia las bufonadas de toda la farándula mediática. No voy a ser yo quien les dé más publicidad de la merecida. Pero resulta inevitable tomarse a risa y comentar esos desesperados y esperpénticos intentos de desestabilizar al Barça de la forma más ridícula que alguien pueda imaginar.

Como diría Anthony Blake: "No le den más vueltas, todo lo que han visto ha sido producto de su imaginación".

Se me viene a la cabeza la letra de esta canción después de escuchar ''le parole'' de Pep Guardiola a la RAI. Desde que llegó a este nuestro banquillo había mantenido siempre un silencio cuasi sepulcral, ninguna exclusiva a ningún medio. Ni de Madrid ni de Barcelona. Una se pregunta ahora si es que había una cláusula con letra pequeña que contemplara al extranjero.