Wolfgang Stark será nuestro árbitro en las semifinales en el Bernabeu. Buen árbitro para nosotros, ya que no es de los que permiten el juego duro -sólo hay que recordar que nos dejó con nueve ante el Celtic en el 2004-, y no duda en mostrar tarjetas siempre que puede. Es de los escasos árbitros amigos del "Fair Play" que tanto gusta a la FIFA y a la UEFA y que tan poco gusta a muchos entrenadores y jugadores; por eso está considerado por muchos de ellos como uno de los peores árbitros de la Bundesliga. No suelen gustar los árbitros, como Stark, que cortan el juego, ya que lo habitual es que haya treinta faltas en un partido y se silben diez; o que haya tres penas máximas, y con suerte se silbe una. Es lo más fácil para un árbitro: menos polémicas, menos broncas con los jugadores, menos portadas para periódicos tendenciosos, menos fútbol también, pero eso para muchos es algo segundario.

Mourinho hubiera querido de nuevo a un paisano amigo. Es lo que habría sucedido seguramente, si Guardiola hubiera seguido con su horchata de siempre. Pero esta vez demostró que es un ser humano, que tiene sangre, y que para defender al Barça hay que levantar la voz de vez en cuando. Ya han sido bastantes los atropellos, las puñaladas traperas, las maniobras oscuras de despacho de un rival como el Real Madrid que día tras día demuestra que la dignidad no importa, ni los escrúpulos, si sirve para obtener la victoria. De nada sirve poner la otra mejilla si las injusticias y cacidadas se suceden y no hay un juez imparcial que ponga freno al asunto.

De momento las palabras de Pep hay servido ya para algo: árbitro alemán y "bueno". Después veremos si se cumplen las previsiones, ya que su actuación es tan imprevisible como el choque de colosos que vamos a presenciar mañana. Pero la primera batalla está ganada. Y no sólo está ganada, sino que hemos curado las heridas de la sangrienta batalla anterior: muy pocos van a perder el tiempo con derrotismos sin fundamento, ya no se hablará de la defensa, ni del planteamiento de Pep en la final de copa, ni de la presunta baja de Iniesta (que yo no pienso creerme hasta que la vea), ni de cualquiera que sea el jugador que para unos u otros no haya estado al cien por cien. Sólo se hablará de Guardiola, de lo maleducado que es, de lo nervioso que está... Pep... Pep... ¿No era esta la genial estrategia de Mourinho?

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