sábado, 14 de mayo de 2011



Tres ligas en tres años. Sólo un entrenador en la historia de la Liga había conseguido la hazaña de ganar tres ligas consecutivas en sus tres primeras temporadas: Leo Beenhakker. Miguel Muñoz, también con el Real Madrid, logró ganar cinco consecutivas. Después de él, viene Johan Cruyff con cuatro consecutivas. Sin embargo, ninguno de los dos logró ganar la liga en su primera temporada. Guardiola está, pues, a un paso de marcar un nuevo hito en la historia de la Liga.


Tanto Pep como Leo comparten otra característica: ambos se han formado futbolísticamente en la escuela Ajax. Beenhakker lo hizo directamente, ya que fue en el club holandés donde dio sus primeros pasos como entrenador. En el caso de Pep ha sido de forma indirecta, tomando apuntes de entradores dispares pero con el fútbol de toque como denominador común: Cruyff y Van Gaal.


La importancia de esta liga viene dada por este hecho. El Barça tuvo temporadas en las que lo ganó todo, pero fue incapaz de perpetuar su senda victoriosa en el tiempo. El conformismo, decisiones absurdas, la presión del entorno o luchas de egos dieron al traste con proyectos igual, o casi, de prometedores que el actual. De todos los elogios que se le puedan hacer a Pep, quizá éste sea el mayor de todos: ha logrado lo más difícil en un club de fútbol; eso es, mantenerse en lo más alto.


Podemos criticarle muchas cosas a Guardiola: su planificación, sus cambios a veces incomprensibles, sus renovaciones a plazos cortos... aún hay una pequeña parte dentro de nosotros que se empeña en desconfiar en sus capacidades. Pero a la hora de la verdad, pocas veces nos falla. Y lo mejor de todo, algo de lo que no todos los entrenadores pueden presumir: humildad, autocrítica e inconformismo. Nada más terminar la liga, y mientras todo el mundo azulgrana descorchaba el champán o el cava y recordaba, al igual que yo, lo grande que es este Barça, Pep mantenía los pies en el suelo y sorprendía a propios y extraños en rueda de prensa diciendo que para la próxima temporada, este equipo necesita refuerzos. Fue una de las cosas que más me gustó escuchar en los momentos post-liga. Ambición y espíritu de superación a raudales, justamente lo que antes siempre echábamos de menos tras los efímeros momentos de éxito.


Más allá de los títulos, Guardiola da tranquilidad. Sabemos que a veces ganaremos y a veces no nos sonreirá la fortuna, pero con un proyecto netamente ganador como éste, podemos estar seguros de que este equipo lo volverá a intentar con el mismo tesón y la misma energía que en estos tres últimos años. Me desagrada que cuando se habla de este Barça se hable únicamente de lo que se ha dado en llamar tiki-taka, ya que el juego del Barça ni consiste en eso, ni es el secreto de su éxito. El secreto no es otro que comjugar la insuperable calidad técnica de muchos de sus jugadores, que por supuesto tiene, con las recetas de siempre del manual del ganador: lucha constante, presión al rival, y no dar concesión alguna al adversario. El Barça no sólo juega, también lucha y no tiene piedad de su rival.


Sin esa ambición y sin ese sacrificio de todos sus jugadores, sin esos grandes gladiadores que algunos iluminados decían que no tenían "ADN Barça" -Mascherano, por ejemplo- el Madrid, sin siquiera jugar al fútbol, habría superado a este Barça, al que no le habría bastado con el "tiki-taka" del que tanto se habla y que aporta el elemento diferenciador y la pieza necesaria para esta máquina de ganar, pero no la base.


Esa pieza es justamente lo que le falta al Madrid. Ahora pocos en el Madrid se acuerdan de Leo Beenhakker, quizá uno de los escasos entrenadores que trató de inculcar al Madrid la misma esencia que este Barça. Fracasó estrepitosamente en Europa, pero en España fue la referencia durante un tiempo con un fútbol que buscaba siempre la portería contraria y apostaba decididamente por la cantera. De hecho, tradicionalmente, el Real Madrid siempre ha despreciado el valor del entrenador. Al menos hasta la llegada de Mourinho, que ganando una Copa del Rey se ha convertido en el entrenador más importante de la historia del club blanco. Quizá les iría mejor si se acordaran un poco más de Leo Beenhakker y de lo que es ganar jugando, o al menos intentando, jugar al fútbol. El Barça ya lo sabe sobradamente.



Fuente foto:
http://www.futbolreal.com

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